Un corazón. Roto, dañado, con rasguños... pero al fin y al cabo, un corazón.
Me gusta así, con sus descosidos, con sus heridas. Eso es buena señal, eso significa que lo he utilizado, que he querido...
Hace ya bastante tiempo que el pobre no para, no da a basto de disgustos. Que si sí, que si no, que si puede... Son todo sobresaltos.
Desde que te conoció ha cambiado mucho. Antes era tranquilo, lo tenia todo controlado. Estaba limpio, perfecto, nuevo... era como si nunca se hubiera utilizado.
Pero contigo todo cambió. Desde el primer beso empezó a latir como nunca antes lo había echo. Empezó a desgastarse de tanto amar.
Cuando te fuiste perdía trozos por cada día que pasaba. Se iba desmontando con tu ausencia; pero cada vez que te veía volvía a recomponerse. Se rompió, se curó, se volvió a romper... y así va.
Es un corazón afortunado aunque a veces le cueste verlo ya que solo ve lo mucho que sufre.
Yo le digo que tiene suerte de poder sentir de esa manera. De poder querer así: o todo o nada.
Es bonito amar hasta el punto de arriesgarlo todo, de darlo todo aunque puedas perder.
Así es mi corazón, aunque empieza a ser mas tuyo que mío...
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