Duele equivocarse, claro que duele. Como también duele alejarse de quien quieres, pero a veces, es necesario. Quizás no alejarte del todo. Quizás sólo un distanciamiento, para que él (o ella) se de cuenta de lo que es estar sin ti, y cuando te quiera de vuelta, tu puedas volver, puedas entregarte al 100%.
Es relativo quien merece o no la pena para uno. Yo sé quien merece estar a mi lado, quien se merece que le bese a cada oportunidad que tenga y sé quien se merece una patada en el culo. Sé quien se merece mi tiempo, quien merece una caricia, un abrazo y quien no se merece ni un minuto, ni un solo gesto.
A lo largo de mi vida, he encontrado personas maravillosas, también he perdido a personas que realmente quería y que creía que eran mis amigos y que valían la pena, pero que si se fueron sería por alguna razón.
He superado duros golpes a base de lágrimas y he sido tan estúpida de volver a cometer los errores que cometí.
He descubierto lo que vale la amistad y el tiempo para conservarla. He entendido que se siente, que te corroe por dentro cuando te abandonan, cuando la persona a la que mas necesitas se va lejos y también he experimentado lo que se siente cuando esperas que vuelva y lo hace pero no es como habías imaginado.
Me he equivocado alejando de mi a quien valía la pena, pero me ha dado tiempo a rectificar y estar a su lado cuando me ha necesitado.
He aprendido a disimular y a aparentar que lo tengo todo superado, aunque a la mínima que me quedo sola entre las cuatro paredes de mi habitación rompo a llorar.
Pero la vida sigue, para mi y para todos; y de todo se aprende, o eso dicen...
No hay comentarios:
Publicar un comentario